Después de tres temporadas «La casa de las flores» se despide para siempre. Con esta despedida Netflix, que estrenó la temporada final el pasado 24 de abril, dice adiós a la familia de la Mora y los entresijos que rodean su florería, la florería más famosa de México.

Entresijos que han sido consecuencia de numerosas montañas rusas, siendo la primera temporada la mejor de todas. Por su parte la segunda temporada baja mucho en calidad generando la sensación de no tener ganas de seguir viendóla; se nota la ausencia de Verónica Castro (Virginia de la Mora). Bajada que recupera la tercera temporada que, aunque sin la actriz, recupera la esencia del principio dando a la serie el final que se merece.

Parte de esa esencia es que vuelve el personaje de Virginia, aunque 40 años atrás. Y es que esta temporada mantiene el peso en los flashbacks que nos contextualizan las vivencias de Virginia de la Mora y el inicio de la familia. En este viaje al pasado nos toparemos también con su madre Victoria (y sus secretos); personaje que decide regresar a la florería para devolver la cordura a esa familia.

Este regreso es otro de los pilares de la esencia de la serie ya que el carácter altivo y conservador de Victoria hace que vuelva el odio y la animadversión hacia ciertos temas, magnificando las diferencias de clases sociales. Familia rica y de bien no puede generar escándalos y debe comportarse acorde a lo que la sociedad estipula; en base a una familia rica y con una mente cerrada por lo que cualquier cosa alejada de las normas es malo.

En este sentido se mantiene el odio hacia la homosexualidad, embarazos extramatrimoniales, la inmigración, el sexo… Teñida con toques de bizarrismo cañi costumbrista al estilo Pedro Almodovar o los Javis, la historia pone en duda un mundo donde la apariencia es la clave de la superviviencia. Una dramedia en toda regla.

Pero no solo esto el amor que tiene su creador Manolo Caro por España se manifiesta episodio a episodio. Españolizacion que se aprecia en el papel de los españoles hermanos León: Paco y María León (Mª Jose y Purificación) hermanos en la ficción y en la vida real. Se nota ese parentesco porque lo clavan. Pese a las criticas suscitadas a raíz de Belén Cuesta en «La Casa de papel» Paco interpreta a una transexual y mujer de Paulina de la Mora (recordándonos a su época dorada en «Homo Zapping»), mientras que Puri es hermana de MªJose y la villana que toda serie necesita. Odia a Paulina de la Mora con todas sus fuerzas hasta el punto de desear matarla (y nosotros a ella). Pero tranquilos que no es un thriller.

Paulina de la Mora (Cecilia Suarez) es la hija mayor de la familia y alma de la serie de principio a fin. Si en la segunda temporada su papel dejaba mucho que desear, en esta temporada volvemos a descubrir a esa chica ególatra pero con mucha inocencia e inseguridad interior que nos cautivó en sus inicios.

La casa de las flores 3: preguntas que tendrá que responder nueva ...
¡O-l-v-i-d-e-c-a-n-c-e-l-a-r-a-l-m-a-r-i-a-c-h-i!

De un gran evento inicial a otro gran evento final

La serie empezó con un gran evento en «La casa de las flores» y termina con otro gran evento en el mismo lugar, de esos que aglutinan a muchas personas (y mariachis). No obstante la serie empezó con un gran evento lleno de mentiras y miedos; y termina con otro gran evento lleno de sinceridad y libertad. Evolución que hace que la serie se despida a lo grande y al son de los buenos mariachis.

Cabe destacar la aparición estelar de Paz Vega y Miguel Bosé, poniendo el broche final a una celebración que esta florería se merecía ¡Viva México güey!

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