CON SPOILERS
Hace unos días se puso punto y final a «Merlí Sapere Aude», el spin off de Movistar + proveniente de la serie Merlí, emitida en TV3 y Netflix.
Y es que el final de Merlí dejaba entrever que Pol Rubio (Carlos Cuevas) y Bruno (David Solans) acabarían juntos; por lo que este spin off trataría de contar cómo se ha llegado a esa relación. No obstante, la serie de Movistar + no se puede decir que haya pasado la prueba. Ha sido todo menos lo realmente esperado.
Todo esto se dejó ver en la segunda temporada cuando anunciaron la ausencia de David Solans. Algo que no tenía ningún sentido puesto que supuestamente este spin off era para explicar la relación entre Pol y Bruno. ¿Cómo iban a explicarla sin uno de los protagonistas?
Así, se me antoja una temporada forzada con el mero hecho de recaudar, pero sin nada que contar. Bueno sí, trata muchos temas: SIDA, amigos, familia, clases sociales… pero sin llegar a nada concreto. Un batiburrillo donde ni las tramas de sus compañeros de universidad resultaban interesantes. Daba la sensación que ni sabías lo que estabas viendo.
Quizá la única trama que me parecía interesante de este spin off era lo que acontecía a la profesora María Bolaño (María Pujalte), ese personaje que lo tiene todo en la vida pero le faltaba lo más importante: la felicidad. Creo que está infravalorada y sinceramente si María hubiese sustituido a Merlí la serie de Netflix me habría transmitido mucho más.
Pero no todo es malo en Merlí, y es que a pesar de que María Pujalte no hablase catalán, ver la serie en catalán tiene mucho más sentido.
También entiendo que no esté David Solans, Axel (Jordi Coll) era el mejor sustituto que este personaje podía tener, no así su incorporación en la historia, bastante forzada e irreal, se notaba que estaba metido ahí sólo para emparejarse con Pol. Es que hasta me pareció más natural la relación de Pol y Ray, y eso que solo estuvieron juntos al final de la primera temporada. Estoy seguro de que si Axel hubiese sido alumno del instituto todo habría sido diferente.
Pero lejos de esto, es innegable, como pasa en muchas series de jóvenes adolescentes, que este spin off muestra una crítica real al futuro laboral de los jóvenes tras acabar sus estudios, un viaje a la madurez sin precedentes. Clave esa secuencia final de Pol Rubio pintando mientras espera su plaza para ser profesor de universidad.
Sin embargo este viaje queda deslucido al no cumplir con las pretensiones iniciales por las que se creó. Sí, Segundas partes nunca fueron buenas.